¿ Cómo cumplir nuestros objetivos?
Cada persona recibe la atención que precisa. Esto se logra recopilando todos los datos clínicos y personales posibles, poniendo especial atención en los detalles. Así se realiza un Plan de Atención Individual, y se consigue que el usuario se encuentre a gusto desde el primer día.
Durante los talleres se tiene en cuenta sus necesidades y capacidades, como por ejemplo, su movilidad, audición, visión y nivel educativo.
El conocer a fondo a la persona permite generar la suficiente confianza para que se facilite la relación lo antes posible, y, así, conseguir resultados positivos de los tratamientos físicos,cognitivos y sociales que recibe cada usuario durante la mañana y la tarde.
Un amplio equipo multidisciplinar, formado por Médico, ATS, Fisioterapeuta, Terapeuta Ocupacional, Animador Sociocultural, Auxiliares de Enfermería, ayuda a que los objetivos se materialicen.
La promoción de la Autonomía Personal de cada usuario se une a pequeños gestos que marcan la diferencia en la atención. Cada persona mayor es única y, por ello, se le ofrece el recurso terapéutico apropiado. Se tiene que respetar los tiempos, sus hábitos, tanto durante la comida como en el uso del cuarto de baño.
La adecuada hidratación es otro factor en el que se trabaja diariamente, puesto que con la edad se pierde la sensación de sed.
Ninguna actividad es impuesta. El esfuerzo del personal, comprometido con la filosofía del Centro es clave, para animar a los mayores a que participen.
Una plantilla profesional, fija y con años de experiencia en el sector del Mayor es básica para aportar estabilidad, seguridad y confianza a las personas atendidas.
El ambiente agradable, junto con instalaciones con adecuada luz natural y espacios amplios son, también, determinantes.
La satisfacción de los usuarios, y los buenos resultados terapéuticos obtenidos, evidencian el éxito del modelo de atención de Rocamador, aplaudido por la administración, que valora de forma positiva, en las inspecciones.
Las familias, y el centro forman la combinación perfecta para el seguimiento individual y para cumplir el objetivo personalizado. La implicación de la familia es vital, siendo más fluida la comunicación y contando con más recursos para adaptar a lo que necesita, en cada momento, la persona mayor.
La calidad de vida y el derecho a reír y disfrutar no tiene edad.. Las personas mayores tienen derecho a vivir con plenitud, riendo, bailando, relacionándose, etc. aunque estén en su última etapa vital.